04 Mar
04Mar

CUANDO EL CULO QUIZO SER EL JEFE

Un día, el cerebro dijo: “Por ser yo quien da las órdenes y controla las diferentes partes del cuerpo, exijo que se me llame “jefe”.  Los pies dijeron entonces: “Somos nosotros los que soportamos todo su peso y lo trasladamos a todas partes, por lo tanto la jefatura nos corresponde”. De la misma forma las distintas partes del cuerpo expresaron su importancia. El corazón, los pulmones, el codo y hasta el mismísimo culo reclamaron su derecho a ser jefe.

Todos, al conocer las pretensiones del culo se echaron a reír.
Cómo se atrevía a peticionar un órgano como ese (si se lo puede llamar órgano) tan desprestigiado e insignificante el derecho de que lo llamaran “jefe”.


A raíz de las burlas y herido en sus más íntimos sentimientos, el culo, como buen culo que era, se enculó y decidió bloquear la salida, en tres palabras:
“¡No cago más!”, dijo.

Al poco tiempo y como consecuencia de esa actitud, el cerebro comenzó con trastornos, había alta fiebre, los ojos se hincharon, los pies se inflamaron y había dolor, ya no podían soportar el peso del cuerpo. El corazón y los pulmones luchaban por sobrevivir, tenían que trabajar a toda máquina para eliminar una parte de las toxinas que los invadían.

Todo era un desastre hasta que todos juntos imploraron para que el culo fuera el jefe.
Enterado de lo resuelto, el culo comenzó a funcionar, cagando a diestra y siniestra, asumiendo su cargo de jefe.

MORALEJA:
Para llegar a jefe no es necesario ser un cerebro, ni inteligente, ni ser más o menos inteligente, ni ser más o menos imprescindible, solamente hay que tener culo y saber el momento oportuno para cagar a los demás.


Por: Linette D. Anadón Vázquez

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