24 Mar
24Mar

La faja es lo de menos


Ya saben cómo sobreviví al uso de un gistro. Pensé que mis tragedias con este tipo de pieza interior acabaron con el “hilo dental”. Pero me equivoqué. Con esto de la dieta y rebajar más de 200 libras mis macizas carnes andan un poco deprimidas y decaídas. A pesar de usar las muy tradicionales y “mata pasiones” fajas, siempre había optado por usar unas “light”. Una querida amiga (mi muy querida Glamil Cartagena) con la que estoy hablando de mi frustración por mi abultado vientre que se resiste a “desaparecer o someterse a la obediencia”, me dice: “Linette, cómprate una faja de esas bien apretá”. Le dije que ya tenía una y se la muestro. “¡Eso no aprieta… cómprate una que te apriete de verdad!” Le doy pensamiento a eso y me convenzo. Mejor una faja que un gistro. ¿Qué daño me puede causar una faja comparada con el daño que me hizo el gistro, esa tela diabólica creada para destruir? Ya también alguien me había comentado que usar fajas ayudaba a reducir el vientre. Entonces…vamos a buscar eso. Descartadas las tiendas como “Me Salve” porque ahí no las venden del “tipo” o estilo requerido para mi cuerpo. Me dirijo entonces a una tienda por departamento y voy al área en donde están esas piezas que se supone ayuden a moldear la figura. Diferentes colores, largos, textura, estilos. Por ejemplo: para verse con más glúteos…otras se suponen no se marcan en la ropa que te pones encima, o sea, que no parece que tienes puesto algo…etc., en fin, una “aventura” escoger lo que sería mi “compañera” de día; la que conocería mis secretos más íntimos. La primera que descarté fue la de “hacer los glúteos más grandes”. Mi objetivo es encoger las carnes…no aumentar su volumen. Las otras descartadas fueron las “light” (me acordé de mi amiga, y no porque ella necesite una…sino, por la sugerencia). Me enfoqué en las estilo pantalón. Y di con unas que se veían muy bien. Encontré una que según las tablas de peso y medidas corporales era la que necesitaba. ¡Qué suerte!, pensé. No fue tan difícil y traumático. Pero, la faja no era tan “inocente”. El gistro aquel me produjo un coxis esbarratao. Y con la faja…pues no es una “Crónica de una muerte anunciada”…pero es una muerte casi asistida, que puede producir daño cerebral o problemas respiratorios que pueden causar un paro respiratorio diría yo. Pasé de una tragedia con una pieza maléfica a otra que parecía insignificante, pero igual de peligrosa. Aun así, las personas recomiendan su uso sin saber a los peligros que no exponemos quienes la usamos. Y como “la faja es lo de menos”, aquí unas recomendaciones para que no vaya a cometer suicidio. Primero, queda totalmente prohibido tener una gota de agua en el cuerpo. Asegúrate que te secas bien. Si tienes que ir a un baño público a usar los “blower” esos que secan manos porque son potentes, pues hazlo. Pero sécate bien cualquier parte que entre en contacto con la faja. Una vez que la faja se da cuenta que no te secaste bien, le pasa como a los Gremlin. Esas criaturas se transformaban con agua y comida después de las 12…y la faja también. ¡Se pega a tu piel mojada y no hay poder divino que la haga moverse! Consejo: Sécate bien. No bañarte no es una opción recomendada con la excusa de que así garantizas estar seca. No queremos que piensen que se murió Blanca Nieves con los siete enanitos. Segundo, asegura bien con una buena pega tus uñas postizas o que la que te hace el retoque use un buen “material”. Una vez que empieces a “jalar” la bendita faja se te puede volar una uña y hasta se te daña la manicura por la fuerza que debes hacer. ¡Olvídate de los diseños 3D porque los vas a ver desaparecer! Si son naturales tus uñas prepárate a que se te parta una que otra (o todas). Consejo: Buena pega, buen esmalte o nada de uñas largas. Tercero, prepara un área que no tenga muebles, camas, sillas, maridos, hijos o mascotas. En donde te puedas mover con libertad. Algo como si fueras a hacer yoga porque seguro que vas a poner en práctica esta disciplina. Una vez que tengas la faja atrapada, lista para subírtela, y que hayas asegurado tus uñas debes hacer ejercicios de respiración. Y a la cuenta de tres halas la faja hacia arriba como si tu vida dependiera de ello. Necesitarás respirar profundo y contener la respiración porque recuerda lo que digo: prácticamente vas a meter a “Ponce en Juana Díaz”. Ayuda bastante halar y dar brincos. No tengo con exactitud las calorías que quemas con este proceso…pero seguro que algo pierdes…además de las uñas. Consejo: Que no haya nadie cerca. Un mal cálculo y le puedes dar un golpe a alguien en la cara cuando se te zafe la mano de la fuerza que hagas y se te desprenda tu mano de sopetón. Como cuando echas para atrás una liguilla y sale “disparada”…pues algo así. Cuarto, sé positiva. Estás a mitad de proceso y te das cuenta de que de verdad aprieta la “condenada” y calculaste mal la talla adecuada. No es Ponce en Juana Díaz, sino Ponce en Hormigueros. ¡Piensa positivo…tú puedes…lo lo-gra-rásssssssssssssssssssssssssssssss! (Así mientras respiras es que empezarás a dividir en sílabas las palabras) Consejo: Trata de no fracturarte una costilla. Cuando llegues a tu cintura no la sueltes de cantazo. Hazlo suave; delicadamente para evitar traumas…Pero ante todo: sé positiva. Quinto, has una prueba de manejo. Sí, como esas cuando vas a comprar un carro. Si te puedes sentar, pero no hablar. No la uses. Si te puedes sentar, pero no levantar la pierna (además de que espero que la caída al piso no te haya dolido) no la uses. Si no te puedes sentar casi…y empiezas a ponerte cianótica porque no te llega aire a los pulmones, ¿Cómo carajos te metiste en eso? Dile a tu esposo que busque una tijera y empiece a cortar o seguro que perderás sensibilidad y el aire dejará de llegar a tu cerebro lo que hará que pierdas el conocimiento. Si te la pones y de la mitad del ombligo hacia abajo está plano y del ombligo para arriba se ve como si te hubieran puesto los reductores de velocidad de las carreteras (como un pavochón)…y aun así sales con eso puesto, definitivamente ya la falta de oxígeno te causó daño cerebral. Consejo: Que tu esposo esté listo con unas tijeras por si hay que cortar. No sé quién inventó las fajas, pero de seguro era alguien que quería erradicar de la fas de la tierra (sin levantar sospecha) a todos los que tenemos un vientre abultado. Otra cosa, que me JODE con J mayúscula es que las compañías que fabrican esta pieza usen modelos con cuerpos perfectos que no necesitan usar una faja. ¿Para qué rayos una mujer sin chichos o vientre abultado se pone una faja? Además, en la foto se ven felices y con libertad de movimiento. La última vez que me puse una faja quedé desgreñada, toda sudada y parecía que me habían enyesado todo el cuerpo y no podía moverme. Seguro que las fajas ayudan a reducir tallas…y también reducen tus años de vida. Como dicen: “La pipa es lo de menos” …¡¡y la faja también!!

Por: Linette D. Anadón Vázquez

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