03 Apr
03Apr

Lágrimas de cocodrilo


Me había impuesto una “mordaza cibernética”, pero “piñata”…¡No puedo!

Hoy, mi app de Endi.com me tira el titular: “Julia Keleher llora al hablar sobre su misión y la resistencia de los boricuas. La Secretaria de Educación dijo que no pretende perjudicar a nadie”. Como era un vídeo, subí el volumen esperando los violines incidentales. Desde el jueves santo la “jefa” está llorando por todo. Ya estoy empezando a sospechar que se trata de una audición para Univisión Puerto Rico…(Debe ser Univisión Miami, porque lo de aquí no “sirve”), en la que está tratando de obtener el personaje de Victoria Rufo en la novela La madrastra, que por todo lloraba.)

¿Por qué la acémila de Saudy, esa “gran chismosa de farándula”, que tildó hace semanas de “changuitos” a los maestros porque se quejaban del sueldo de la Secretaria no le dice “changuita” a la Secretaria ahora? ¡Ah, porque según la “reporterucha”, la Secretaria tiene preparación! Le recuerdo a los que piensan como Saudy “et al” que hay maestros que tienen la misma o más preparación que la “Doctora” Julia Keleher. La diferencia es que ellos son educadores y ella es depredadora, digo, empresaria (perdón, fue el auto corrector del celular que es sumamente inteligente y no tiene nada de pendejo). Así las cosas, pensé en lo que me decía mi abuelo cuando alguien lloraba de manera dudosa: “¡Nah, tú a mí no me engañas… Esas son lágrimas de cocodrilo”!

¿De dónde viene entonces eso de decir “son lágrimas de cocodrilo”? Hace mucho tiempo, se pensaba que los cocodrilos lloraban por pena mientras devoraban a sus presas. Hoy en día, la ciencia nos demuestra que estas “fingidas” lágrimas no son para nada emocionales. La explicación, de hecho, está en las glándulas lagrimales de los depredadores y en una cuestión de supervivencia propia. Teniendo en cuenta que los cocodrilos son reptiles que se mueven en un medio acuático es fácil entender que sus ojos requieren estar humedecidos continuamente para sobrevivir a cualquier situación. Al salir del agua para comerse sus suculentos manjares, los reptiles deben de activar este lagrimeo constante para mantener sus ojos lubricados en todo momento. Según la explicación científica, las glándulas salivales y las glándulas lagrimales de estos animales se hallan las unas muy cerca de las otras. Este simple hecho hace que al masticar o ingerir alimento, se activen ambas glándulas a la vez, produciendo un lagrimeo constante que hace que parezca que el cocodrilo está llorando. (Por si acaso, mi padre, mis tíos y el 99.9% de mis primos son científicos. La única “loca” que estudió literatura fui yo. Así que algo de “Science teacher mode” hay en mí. Ahora lo pongo “offline”.)

Lo que está haciendo la Dra. Julia Keleher ya es como una “sobre actuación”. Como el cocodrilo, “llora por pena” mientras como depredador se come a su presa. ¡Sí, depredadora! No creo que llore cuando le “depositan” su sueldo. Bueno, sí. Puede llorar de la emoción. Yo también lloraría y además me hago la 1 y la 2 encima el día que mi cuenta de banco vea solo un mes de lo que ella cobra.

¡Bendito! ¡Cómo sufre y llora al hablar sobre su misión y la resistencia de los boricuas! ¿No han entendido que según sus palabras y cito de la entrevista: “Ella no pretende perjudicar a nadie”. ¡Sí, Pepe! Yo lo mastico, pero no me lo trago. Al día de hoy, no he dejado de llorar el cierre de mi escuela. Se dijo que al cerrar mi escuela, ese presupuesto pasaría a la escuela receptora y pues como todo es tan transparente, pues no se ve. De tan transparente que es todo, no veo que haya mejorado el presupuesto de la otra escuela.

Entonces, según algunos, ella es una “brava” y los maestros “changuitos”. Leí esta mañana que alguien le escribía: “¡No se deje!” …y eso fue lo que levantó e hizo romper mi mordaza cibernética. ¡Que no se deje qué? (los símbolos están bien…no son errores. Los maestros de español saben por qué se empieza con uno y se termina con otro). ¿Qué se supone sea lo que “no se deje”? ¿Somos los boricuas los que estamos abusando? Me enseñó una superintendente (y lo he dicho hasta el cansancio): “El cargo viene con la carga”. Y por $250,000.00 al año a mí que me “den de arroz y de masa”.

¿Sabe la Secretaria cómo aún lloran los niños que tanto ella defiende y alega importarle cuando le quitaron a Miss Pepita? ¿Sabe cómo lloró esa maestra al tener que irse de un núcleo escolar por el cual ya tenía una conexión más que profesional y después tenía que irse sin piedad alguna de “hoy pa’ ayer”? ¿Sabe cómo lloran los maestros cuando tienen la presión del PBL, del MiPE, de subir notas y asistencias al SIE con su internet ya que la escuela no tiene internet o no hay tiempo para eso y lo tienen que hacer en sus casas o buscar dónde haya servicio de internet después de horas laborables, de los MECPA (siguen como el aire, no se ven pero se sienten), de los proyectos y embelecos, de los acosos de algunos directores que se creen “dioses que caminan por encima de las nubes”, de los tres a cuatro planes diarios que tienen que hacer, de corregir trabajos, de preparar materiales educativos y pedagógicos que salen de su bolsillo porque muchas veces lo que se les da en la escuela no da para todas las exigencias que un maestro quiere para tener una clase de calidad o no se les puede pedir ni una “trapo” de cartulina a los padres porque “qué mucho piden en esa escuela”? ¿Sabe cómo se llora de rabia cuando uno quiere enseñar y a algunos estudiantes no quieren ni les importa aprender y a muchos padres no les preocupa que sus hijos se superen? Lo he repetido tanto que ya se lo saben de memoria: ¿Cómo enseñar a quien no quiere aprender? ¿Sabe ella cómo uno llora de rabia al ver o escuchar a estos “seudo” analistas “políticos y noticiosos” despotricar contra el magisterio diciendo que la educación pública de Puerto Rico es la peor? ¡Carajo! Que vean el documental: “Un crimen llamado educación, de Jürgen Klarić para que dejen de hablar tantas pendejadas. ¿Oíste, Jay Fonseca? ¿Sabe ella de verdad cómo se llora y se sufre por un trabajo que no es bien remunerado a pesar de tener maestría o doctorado como “La llorona” (Ehhh, ese también hubiera sido buen título para este escrito, pero no. El otro le cae más) o por la frustración que se siente de trabajar en una agencia que solo ve dólares y centavos justificándolo con el hashtag #todoporlosniños aunque la frase real debería de ser #másescuelasabiertasnosoncostoeficientes. Los maestros y educadores de Puerto Rico, lloran de tristeza, de frustración, de rabia, de coraje por tantas injusticias y falta de apoyo. Señora Secretaria, usted habló de transparencia y lo único transparente aquí son sus “lágrimas de cocodrilo”. No siga usando esa mecánica tan falsa de llorar como si le importara. Ya le salen tan fácil como soplarse los mocos. No siga repitiendo que tiene una misión como hacen los asesinos o mercenarios. O sea, su misión es ahorrar. Ahorrar aunque sufran otros. Su “misión” es enriquecerse con lo más preciado que se le puede dar a un ser humano. TODOS QUEREMOS UNA MEJOR EDUCACIÓN. A diferencia de usted y de los cocorocos políticos, nuestra misión es EDUCAR y COMBATIR LA IGNORANCIA. De eso no hay duda. Pero, ¡COÑO!, ya está bueno de decir que nosotros los, maestros boricuas (y los hermanos maestros de otros países que están aquí dando la lucha con nosotros) no la comprenden o que hay resistencia. ¡Pero que chavienda! Hable con los maestros y póngase en su lugar; eso se llama EMPATÍA. No tiene que hacer “blog” para eso. Baje de su trono y póngase sus zapatillas de cristal (esas también son transparentes). Si es así, yo voy a hacer un blog: “El blog de Anadón”. ¡Wow! ¡Qué original me quedó! Esos “show” mediáticos son eso: “puros espectáculos”. Acepto que tiene que hacer unas cosas porque para eso la contrató el nene de la Fortaleza. ¿Tiene que cerrar escuelas? Pues de forma realmente “transparente” diga que no hay dinero para mantener tantas escuelas abiertas porque su sueldo es oneroso y no permite que se logre los $150 millones que debe lograr mantener dentro del plan fiscal el Departamento de Educación. ¡Ah, y otra cosa! Ya lograron crear la crisis nerviosa que ustedes empezaron por los medios noticiosos sobre el cierre de escuelas. ¡Digan ya cuáles son las escuelas que van a cerrar para que de forma organizada y no atropellante se hagan las cosas; y no como nos pasó a nosotros. Que nos quedamos esperando la compañía para la mudanza y lo que nos enviaron fueron presos, los esposos de las maestras ayudando a mudar las cosas y una desorganización bien “organizada”! ¿Tiene que mover maestros? ¡Hágalo en junio si es que de verdad le importan los niños! Si no hay dinero para contratar maestros transitorios, deje de beneficiar a la mafia burocrática y ajústese el sueldo. Como dice el Johnsons ® baby shampoo: “No More Tears”. Sus lágrimas son de cocodrilo. No hay sensibilidad en su proceder ni veracidad. ¡Totalmente falsas sus lágrimas! Humilla al magisterio y eso duele. Su hipocresía y falta de sensibilidad dan ganas de llorar para quienes como los maestros de Puerto Rico, y otros como yo, damos lo mejor y queremos una mejor educación. No quiera crear una imagen que no va con lo que usted ha demostrado. Las lágrimas conmueven, pero las acciones convencen. Como se dice por ahí: “¡A llorar pa’maternidad!” Deje las “changuerías” y demuestre que es “brava”. Si no puede con el empuje, me avisa que yo sí puedo. Entonces la que va a llorar soy yo, pero de alegría.

Por: Linette D. Anadón Vázquez

Aquí el enlace de la entrevista a la que hago referncia: https://www.elnuevodia.com/videos/noticias/politica/juliakeleherlloraalhablarsobresumisionylaresistenciadelosboricuas-246263/



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