09 Apr
09Apr

De galletazos, puños, huevazos y zapatazos

EL periódico Primera hora lanza esta noticia: Eva Ayala: "deseo darle un galletazo a Julia Keleher".

Lo primero que pensé fue: “¿Qué dijo esta mujer?   Ahora van a decir que todos los maestros son así”, porque pensé en los muchos miles de maestros que practican una filosofía (religiosa o social) que no toleran esas expresiones o comportamientos.  Luego leí la noticia con calma y hablé del tema con una colega mientras tomábamos un café.  No creo que este tema deba ser discutido a la ligera.  Tomó tiempo escribir sobre el tema porque me llevó a la reflexión más profunda.  Este escrito no tiene que gustarle a nadie ni mucho menos usted tiene que estar de acuerdo conmigo 100%.  Es más, no debe estar de acuerdo conmigo nadie.  Así de sencillo.   Pero, ya saben que me gusta escribir documentándome y aunque hay algo de subjetivo en mis escritos, para ser justos hay que ser objetivos.  La cuestión es que no quiero un “galletazo” en las redes sociales por eso.  Pero si escribo algo público, debo aguantar lo que venga.  Espero tener “cuero de sapo” para eso.  Bueno, mi médico dice que no cojo anestesia por eso.  Ya veremos al final.

En este país, y en el mundo entero (sí, porque las “nubes negras” dirán que este país está mal), hemos visto cómo la violencia física se ha manifestado por situaciones que llevan a un ser humano a comportarse se maneras que quizás usted o yo no haría.  Lo irónico es, que tampoco esa persona daba indicios de ser violento.  Pero, algo fue más fuerte o grande o lo llevó a actuar de una forma no esperada.

Un poco de historia social.  Prendemos el “Social teacher mode”.  A través de estos años ha habido manifestaciones violentas.  Aquí, por ejemplo, no sé si recuerdan que en el 2002, Carlos Pesquera estuvo involucrado con miembros de su colectividad en un motín en la Procuraduría de las Mujeres para colocar una bandera de EU en el vestíbulo. La protesta culminó con violencias y daños a una puerta de cristal que daban acceso a la oficina. El 6 de febrero del 2008 el ex gobernador Carlos Romero Barceló fue golpeado por un amigo durante una discusión en un restaurante (menos mal que fue un amigo, porque si llega a ser un particular yo creo que lo mata.  Por eso tiene escolta...porque ni sus amigos lo aguantan ).  En el exterior recuerdo que un 14 de diciembre de 2008, en Bagdad, un periodista iraquí,  Mutanez Al Zaidi, tiró sus zapatos gritándole al ex presidente de EU George Bush: “toma tu beso de despedida, pedazo de perro”. Como dato debo decir que en Irak, igual que en gran parte del mundo árabe, arrojar un zapato es una de las mayores ofensas que se pueden cometer contra una persona, al igual que llamarlo "perro". Volviendo a PR, en el 2009 el gobernador Luis Fortuño acabó abruptamente una conferencia de prensa en el terminal de lanchas de Fajardo cuando un ciudadano lanzó un huevo dirigido a él y dio contra un letrero que leía: “$8.2 millones”. El 2 de diciembre del 2010, el entonces Secretario de la Gobernación, Marcos Rodríguez Ema, dijo que sacaría a patadas a los líderes estudiantiles de la UPR que se manifestaran en un paro.  El 27 de abril de 2017, el Representante Rivera Guerra le metió un codazo y se enredó a los golpe un manifestante que protestaba contra el Pyoyecto 938. El pasado 14 de marzo de 2018, Manuel Natal y María Milagros Charbonier protagonizaron un revolú discutiendo el proyecto para  la hoy Ley 85.  Si no los aguantan a AMBOS se van a las manos.  Nadie me los defienda. Los dos estaban violentos. No hubo violencia física... pero si no los aguantan, terminan como Carlos Romero Barceló y su amigo.  Ahh, que no se nos olvide este otro acto de violencia cuando el ex Secretario de Justicia, Antonio Sagardía digo en una emisora radial AM que "Un buen macanazo te evita problemas posteriores", en referencia a opinión del paro magisteral que se había convocado para el 19 de marzo de 2018. 

Otros casos más violentos han terminado con la vida de las personas como ocurrió con Mahatma Gandhi quien fue el líder por excelencia de perseverancia en un activismo pacífico fundado en la no violencia y en la fuerza de las convicciones.  Fue asesinado el 30 de enero de 1948, cuando al anochecer se dirigía a la plegaria comunitaria, alcanzado por las balas de un joven hindú. Otro líder defensor de los derechos humanos asesinado precisamente un 4 de abril de 1968 fue Martin Luther King.  Al igual que Gandhi, promovía las manifestaciones no violentas.  Malcon X, quien fue asesinado en el 1965, era un líder que promovía la justicia social, menos pacifista en un principio, pero luego buscó otros medios.  Estos asesinatos fueron porque había descontento de las posturas de estos líderes y los ejecutores actuaron de esa forma quizás porque creyeron que con eso resolvían su disgusto.  Utilizaron la violencia y la manifestaron o la ejecutaron privando de la vida a otro ser humano que pensaba diferente.

Y hoy, Eva Ayala, líder de EDUCAMOS, es quien llama la atención con su manifestación escrita en su página de Facebook.  Como me dice un amigo: “Las redes enredan”.  He leído un montón de veces la noticia y las expresiones que dio al periódico.  El titular expresa que Ayala desea darle un “galletazo” a Keleher. Ella acepta que escribió esas expresiones y se responsabilizó de ellas. Al menos no dijo que le “hackearon” la cuenta como hacen otros.  Ella explica: “Sí, yo lo escribí. Y estoy hablando ahí de la violencia institucionalizada versus la violencia física…sé que ha generado bastante discusión, pero yo solo quería expresar mi sentir, que es la misma indignación tan grande que hay en el pueblo ante esto que ella ha hecho que es un atropello y canallada que ha afectado el derecho a la educación de nuestra niñez y juventud”.  

Todo acto de frustración e indignación es una respuesta de tipo emocional la cual tiene origen en un conflicto de carácter psicológico ante alguna circunstancia o evento no gestionado.  La frustración es una emoción universal que todos experimentamos. Al igual que otras emociones, es un indicador de que algo no va bien y hay que cambiarlo. También, como el resto emociones, puede hacer que nos comportemos de forma agresiva.  Hay personas que canalizan sus emociones con la religión o filosofías budistas o alejándose de las situaciones para dar espacio a sus reacciones.  Pero hay veces que ese espacio no se da y la reacción inmediata es violenta. 

Según mi criterio (y seguro estoy equivocada.  Por eso dije que muchos no estarán de acuerdo conmigo) hay que diferenciar lo que es reaccionar de forma violenta y usar la violencia como estilo de vida.  ¿Qué es la violencia? La violencia se define como todo acto que guarde relación con la práctica de la fuerza física o verbal sobre otra persona, animal u objeto originando un daño sobre los mismos de manera voluntaria o accidental. El elemento principal dentro de la violencia, es el uso de la fuerza tanto física como psicológica para el logro de los objetivos y en contra de la víctima.  Las diferentes formas de violencia van desde la familiar, laboral, docente, institucional, de género, física o corporal, sicológica, entre otras.  Pero la gran mayoría de estas acciones de violencia tienen como denominador común poder contra la víctima que no se sabe defender o no tiene igualdad para hacerlo.  Por ende, el tipo de violencia que entra en esta discusión son la física o verbal.    Entiendo que Eva Ayala tuvo una reacción violenta de forma verbal, aunque deseaba actuar de forma física.  Este tipo de reacción violenta en ocasiones se realiza por algunas personas de forma única o no están en su forma de actuar.  Ejemplo: Le digo a Miss Piña: ¡Buenos días! Y ella, de forma violenta me contesta: “¿Qué tienen de buenos?” ¿Qué le pasó…por qué me contesta así?  ¿Tan buena que yo soy con ella y tanto que la ayudo? Y yo empiezo a llorar como una buena pendeja que soy (yo misma acabo de insultarme, tranquilos…fue una reacción violenta). Al rato, Miss Piña me dice que quiere hablar conmigo y me pide disculpas por su forma de contestarme.  Me indica que tuvo un fin de semana malo, que además de que recibió la carta de “recurso disponible”, se le dañó el carro y su hija le dijo en la mañana que necesitaba $500.00 para comprar unos libros de la universidad.  Está pasando por unas situaciones dolorosas y fuera de su control que la llevaron a actuar de forma violenta.  Igual puede pasar con algunos actos de agresión física, pero esos suceden cuando la persona reacciona en su defensa de forma agresiva como “instinto de conservación”. 

Religiosamente hablando, tenemos a Jesús que presenta este tipo de reacción violenta y por otro lado también invita a la tolerancia y perdón.  Jesús se muestra violento cuando expulsa a los mercaderes del templo: "Han convertido mi casa en una cueva de ladrones ¡corruptos!" (Juan 2, 13-25).  En este momento tengo ganas de ir al Capitolio y hacer lo mismo, pero seguro que mañana Primera Hora saca este titular: “Directora escolar llega al Capitolio y en pleno hemiciclo le grita a los senadores y representantes ¡Corruptos!  interrumpiendo sus trabajos legislativos”.  Pero, ese no el titular en discusión.  Jesús también en su famoso Sermón del Monte dijo: “Sin embargo, yo les digo: No resistan al que es malo; antes bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha,  vuélvele también la otra”. Aquí los que tienen algo de malicia (cosa que yo “no tengo”) le dirán a la Dra. Julia Keleher que ella debió contestar a preguntas de la prensa lo que dice Mateo 5, 39.  De nuevo conmigo…Lo que Jesús pide a sus seguidores no es pasividad, sino renuncia al derecho a la venganza personal.  Estos dos ejemplos sobre la figura de Jesús nos dan un ejemplo que es de humanos reaccionar de forma violenta aunque vivamos estilos pacíficos o vivamos promoviendo la paz.  ¿Me siguen cuando quiero establecer que una reacción violenta no determina que todo el tiempo una persona es así?  Son reacciones universales y humanas causadas por la frustración o por situaciones que nos quitan la paz.  Ahora, si se convierte en un estilo y en un patrón, entonces yo me preocuparía y me ocuparía de buscar agua bendita o a un exorcista.

Llegar a una opinión de un solo lado (a favor o en contra de lo dicho por Eva Ayala) para mí es complicado por aquellos que son fanáticos y no analizan todos los escenarios.  Les soy honesta y no será simpática mi opinión para aquellos que ven cómo apoyo al magisterio y señaló lo que los maestros sufren ante las injusticias.  Pero, soy de las que intenta (y miren que intento mucho) analizar con la “cabeza fría” las situaciones que requieren de mí acciones radicales o posturas responables.  Muchos dirán que es doble moral o hipocresía de mi parte porque en las redes he dejado claro que no estoy a favor de la situación política y social que tiene mi amada isla, y en casi todas las ocasiones mi desahogo “en palabras” tiende a ser considerado violento o severo porque digo par de “carajos” y otras palabras no muy “religiosas”.  En ese vocabulario fuerte, severo o violento desahogo mi frustración, mi rabia y mi impotencia intentando no ir a lo personal ni a lo que consideró incitar la violencia física. El que yo  exprese un "carajo" no  significa que quiera "partirle la cara" a alguien.  Otra vez, intento aplicar una inteligencia emocional.  No es fácil.   Soy de las que cree lo que declaró el Pablo VI el sábado 1 de enero de 1972 en un mensaje sobre la Jornada de la Paz: “Si quieres paz, trabaja por la justicia ". Algo como lo que Gandhi modeló con sus manifestaciones pacíficas.

Para dejar claro a aquellos que querían saber mi postura (y aquí viene el tumulto): entiendo la indignación de Eva Ayala aunque no creo que fuera correcto la forma de decirlo porque socialmente afecta al magisterio. Fue honesta, sí.  Pero sus expresiones (que pueden ser la de muchos) no pueden ser aplaudidas a la ligera por el conflicto que presenta: ella era maestra.  Pero no deja ser ser un ser humano que sufre y padece… que se indigna y reacciona.  Si un político lo hace u otro ciudadano lo hace, lo entendemos y hasta algunos lo aplauden. Volvemos a Antonio Sagardía. Nadie se indignó antes sus expresiones violentas hacia un grupo de personas que estaban por manifestarse en un país  cuya Constitución permite agruparse y practicar la libre expresión.  Que un ex Secretario de Justicia, quien se supone fomente que las leyes, exprese apoyar violencia física debería indignadar igual o más que las expresiones de una educadora. Quizás aunque no lo verbalicemos, muchos hemos tenido las mismas ganas de ella ante la indignación (las ganas, pero no concretar la acción posiblemente).  Puede que más de los que creemos se vieran representados por Ayala.   Pero lamentablemente viniendo de una maestra no lo acepta la sociedad.  No aplaudo las expresiones de Ayala porque van a repercutir en contra del magisterio ya que no representan la forma de enfrentar la situación para muchos maestros (aunque para algunos sí según he leído y lo entiendo), pero también acepto que yo puedo expresarme como ella bajo las circunstancias que estoy viviendo en mi trabajo y por el panorama que me espera vivir.  Por eso ponderé mi opinión.  Entiendo el porqué ella se expresó así, pero creo que no fue correcto por lo que eso representa para el país: que los maestros deben ser modelos de lo que piden.  Como dije, mañana un nene le abre la boca a usted y le dice 4 cosas y el padre en su defensa dice:  “Ah, si una maestra le ofreció un “galletazo” a la Secretaria, a mi hijo no se le puede decir nada”.  Difícil hacer entender a la sociedad eso. Injusto por demás para los maestros.  No porque otros maten y roben yo tengo por qué hacerlo.  Se supone que yo actúe correctamente aunque otros no lo hagan, porque este es un país de “Ley y orden”.  Pero, los irresponsables tendrán ahora una “excusa” para defender a sus hijos que actúen de forma no adecuada. Se saca de contexto lo que Eva Ayala quiso decir. 

Ahora, ¿Qué deseo yo?  Desearía en este momento estar escribiendo cosas graciosas como lo del gistro o de la faja.  Desearía no tener que hacerle entender a la gente que las declaraciones de Eva sobre su indignación son normales, pero lamentablemente en la figura de un docente las personas no lo ven bien.  Un maestro tiene sangre en sus venas y no Lestoil.  Se le calienta la sangre como a cualquiera y hace cosas que otros hacen y son son adecuadas. Son mortales y no inmortales como la Junta de Supervisión Fiscal o como Keleher o como Pesquera o como Higgins o como Samot.  Ellos pueden actuar "como quieran", porque sí.  Muchos opinan que los “profesionales” no se comportan ni hablan así. Normalmente pueden tener mayor control de sus reacciones, pero también "sienten, padecen y se cansan de aguantar hasta explotar".  En una reacción de indignación y rabia no importa lo profesional que sea uno, porque son reacciones normales justificadas.  Como dije, hasta Jesús tuvo su reacción  violenta porque nació hombre siendo hijo de Dios.  Y si Dios, hecho hombre, reaccionó alguna vez así, ¿por qué no entenderlo de cualquiera de nosotros?   Hay personas que en ciertas ocasiones han expresado algo como esto: “¡Estoy tan encoj… que me dan ganas de meterle un puño en la boca a Mengano!” Le damos consejo de que se calme y la persona llega a decir la mayoría de las veces que son las gana que le dan.  Entiendo que Eva expreso sus deseos.  No escribió: “El día que la tenga de frente le voy a meter un galletazo”.  Expresó su frustración.  Pero, como mencioné antes, muchos pueden alegar que mañana si un estudiante le expresa a un maestro algo como eso, no podemos pedir respeto porque los maestros aplaudieron un mensaje expresado de una líder, que no representa a todos los maestros, pero sí a un grupo de ellos.  Hay que aceptar que al igual que ella, existen personas en general que están indignadas.  Sólo que esas personas no lo publican en sus redes sociales y si lo hacen no son tan conocidas como Ayala por lo que pasan desapercibidas frente a la mirilla pública.  ¿O me va a negar que no conocen personas que se han expresado igual o peor que Eva Ayala ante situaciones políticas? Ejemplo de esto, volvemos al ex gobernador Carlos Romero Barceló cuando le dieron un puño en su cara y ese golpe le puso el ojo negro. Muchos decían que el que le dio tenía que romperle la boca por "bocón".  No significa que yo acepte entonces la violencia física. No necesitamos más violencia, ¡claro que no!  Se trata de trabajar para evitarla identificando qué la causa y canalizar esas reacciones. Se deben agotar todos los medios para evitar la violencia física. Esa es mi opinión.

Quiero paz trabajando por la justicia. Pero, trabajar por la justicia conlleva a realizar acciones no simpáticas en ocasiones.  Quién sabe si luego de agotados los medios para conseguir algo yo haga una huelga de hambre (seria adecuado para ver si consigo pro bono que un médico me haga la paniculectomía), o amarrarme esnúa al portón de la escuela, o decirle a los políticos que son un chorro de corruptos y de sabandijas,  (Por estas últimas dos me van a arrestan, aunque creo que consigo más si me amarró esnúa como Carla Capellli ya que por no verme más sin ropa me darán audiencia y llegarán a acuerdos.).

Ahora, al igual, o más importante, esto debe levantar bandera y un llamado de atención al Gobernador, a la Secretaria y a los políticos.  La salud mental de los maestros no aguanta más abusos.  La misma Secretaria, tan “profesional” y con su preparación y todos sus títulos no ha sido tampoco un modelo a seguir.  Cuando contesta “porque sí”, cuando habla de “transparencia (por cierto, qué mucho le gusta la bendita palabra.  ¿Sabrá ella lo que significa esa palabra? Si sigue usándola sin sentido su credibilidad será tan transparente que no se va a ver). Ella dijo ante las expresiones de Ayala: “La violencia, física o verbal, jamás ha resuelto nada en el mundo. Todos estamos llamados a dar el ejemplo de trabajar nuestras diferencias a través del diálogo respetuoso, pacífica, honesta y transparentemente, mostrando los verdaderos valores que distinguen a este pueblo”.  No concuerdo con ella en ese aspecto de cómo se han resuelto conflictos.  Muchos derechos que tenemos hoy día fueron logrados por las luchas en ocasiones violentas. La historia nos muestra que los derechos humanos obtenidos en gobiernos opresores fueron dados en ambientes violentos y en ocasiones sangrientos. Aunque Keleher diga que no.  Que lea un poco de historia, pero no en Wikipedia para que vea cómo se lograron algunas cosas en el mundo. Algunas de esas luchas violentas hicieron ceder a los que tenían el poder y abusaban para acabar con la violencia y llegar a acuerdos que lograran los beneficios que tenemos hoy día.  Tengo conocidos que dicen que aquí debería haber manifestaciones fuertes en el capitolio como los hay en otros países en que se ven bombazos y esas cosas.  Me resulta contradictorio con mi deseo de paz, pero lo que veo es que estamos volviendo a crear un ambiente de nuevo que si no se pone un alto va a llevar a las masas a actos violentos. 

 “Todos estamos llamados a dar el ejemplo de trabajar nuestras diferencias a través del diálogo respetuoso, pacífica, honesta y transparentemente, mostrando los verdaderos valores que distinguen a este pueblo”, dice muy emotiva y justiciera nuestra Secretaria.  Pero, todos son todos.  No los de abajo.  ¡SOMOS TODOS! La falta de honestidad y transparencia hace que se reaccione de forma incorrecta o violenta. Simbólicamente, (o metafóricamente como dice Ayala) la Dra. Keleher, como los demás implicados nos están violentando con “galletazos sicológicos”.  Están abusando del pueblo y eso, mis queridos amigos, es violencia de poder contra los que no pueden defenderse.  Ellos son los que tienen el “sartén cogido por el mango” y nos están quemando. Y va a llegar un momento en que no se va a poder aguantar calor y el “instinto de conservación” será el que dicte la forma de reaccionar.  Llegará un momento en que tengamos que “luchar por la paz”. Y no serán deseos de dar “galletazos”.  Simplememte los darán. Y ahí ya pasamos a lo literal.

Eva Ayala nos presenta una señal de que la indignación puede llegar a otros extremos y hay que resarcir los daños que como a ella, le den ganas a uno de atacar porque ve abuso de poder o una burocracia que lacera la buena voluntad de los ciudadanos. Debemos exigir de forma que los que están arriba no se preocupen, sino que se ocupen.  Escojamos bien a nuestros políticos sin fanatismo. No podemos seguir que permitiendo abusos de ningún gobierno porque eso es lo que lleva luego a que nos indignemos con sus acciones. Debemos reflexionar y pensar hacia dónde nos llevan nuestros “líderes”.  Mi deseo es no tener que llegar a la violencia física.   Pero algo debemos hacer unidos como pueblo.Los maestros se deben unir más.  Si no te unes porque aquel es católico, protestante, PNP, PPD, PIP o de los demás que haya, no te quejes.  A la hora de la verdad, el que está arriba no ve más que su beneficio particular y se olvida de los de abajo que lo ayudaron a subir. Esos también nos abofetean o dan “galletazos” con sus actos corruptos.  

No fue fácil para mí escribir sobre este tema. Entiendo que el sentir de Eva Ayala es el de muchos. Reitero que no la aplaudo, pero no la condeno y la entiendo.   Es el sentir literal y simbólico de muchos maestros puerrorriqueños. Pero creo que hay otros medios que pueden ser más efectivos para lograr la justicia que queremos y con apoyo de otros.  Me parece que hemos fallado como gremio en unir nuestros reclamos y ser más fuertes con manifestaciones que ejercerán presión y pueden dar más resultados posiblemente que la violencia. No con paros de un día o manifestaciones breves. Unidos todos...¡Unidos y solidarios!

Quiero paz trabajando por la justicia. Espero ser de las que si me toca hacer manifestaciones sean no violentas como Gandhi o Luther King.   Quiero dar la lucha sin “meterle” las manos a nadie o tirarle un zapato al que siento que abusa o me ofende (si tiro uno de mis zapatos con la peste nada más liquido al que sea.)  Pero para eso tenemos que unirnos.  Pasemos de la “INDIGNACIÓN A LA DIGNA ACCIÓN”.


Por: Linette D.Anadón Vázquez


Foto inicio tomada de versión digital Primera Hora (Luis Alcalá de Olmo   

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